Ya teníamos ganas de mostrar algunos reportajes en los que trabajamos la temporada pasada. En este caso, la boda de Álex y Vero, dos buenos amigos de hace tiempo de Valladolid, casi de toda la vida, el encargo de trabajo no es tal y menos en un día rodeados de otros muchos buenos amigos también, muy queridos por nosotros y que en mayor o menor medida forman parte de esta aventura de vida que nosotros llamamos El Carrusel y que desde hace casi tres años nos viene dando alguna que otra alegría.
No vamos a comentar mucho acerca de este reportaje. Preferimos que hablen las imágenes, las personas cercanas, los amigos y los lugares cotidianos para los que vivimos en esta ciudad que a veces nos atrapa pero otras nos da alas. Solo queremos agradecer a Vero y a Álex que nos hicieran partícipes de su fiesta, desde un profundo respeto por nuestra manera de enfocar el reportaje y que además se tomaran la molestia de escribir este pequeño texto con las sensaciones del día y de las propias fotografías.
Muchas gracias y mucha suerte amigos, esto no es trabajo.
“Tenemos la suerte de vivir unos tiempos en los que abundan los artistas. Los hay por todas partes, si te descuidas. No somos tan afortunados cuando lo que necesitamos es a un artesano. Sin embargo, la línea que separa el trabajo de unos y otros es en ocasiones realmente fina.
Es habitual que se contrate a un artista de renombre para decorar un vestíbulo o una rotonda, por ejemplo. De hecho nosotros sufrimos una cerca de casa. Pero cuando llegó el momento de encargar una labor de artesano que por común resulta aparentemente vulgar, casi de obligado cumplimiento, como son las fotos de la boda, nosotros tuvimos la suerte de poder contar con Cristina y Ricardo. No teníamos muy claro qué queríamos para esas fotos, pero sí teníamos claro lo que no queríamos. No queríamos decorar nada con ellas. Cristina y Ricardo entendieron a la perfección que lo que necesitábamos era un trabajo sencillo que documentara una ceremonia igualmente sencilla (y una fiesta, quizá sí, algo más voluptuosa).
El resultado ha sido unas imágenes sobrias pero delicadas, naturales, sin vanidad ni artificio. Son una colección de imágenes llenas de belleza porque, sencillamente, de lo que están repletas es de verdad: Los atributos clásicos del arte. Esos barbudos abrazándose, ese vermú castellano, esos besos achispados entre la maleza, esos brindis a gritos y ese festival de artistas (y artesanos) que recogen estas fotos fueron, tal cual, nuestra boda. Podemos dar fe de que son la verdad. Nosotros también estuvimos allí.”
Álex Izquierdo
Fotografías por El Carrusel – Taller de Fotografía©
Ricardo Suárez y Cristina R. Vecino
Reportaje de autor · Fotógrafos Boda Valladolid